El sol se retira pronto, oscureciendo estas suaves colinas mediterraneas que miran al mar y se pierden poco a poco en su silencio de pinos y sombras. El vacío que deja esa luz es remplazado ahora por un motete de Alonso Lobo, Versa est in luctum. 1598, año de la muerte de Felipe II. La misma luz que los domingos acaricia los muros de granito del monasterio de San Lorenzo el Real llena ahora con su polifonía, y con los ecos de Victoria, el vacío que deja el sol vespertino
En fin. Poco queda ya de nada. Le echaremos la culpa de todo a la modernidad, al nihilismo, a la cultura pop.