Yo no sé por qué la gente no sale a correr los días que nieva, con lo divertido que es. Estábamos básicamente Rúper y yo esta mañana en El Retiro y una viejecita paseando el perro. Eso sí, Rúper iba en pantalones cortos, a lo suyo. A la vuelta, en la esquina de Ibiza marcaba -2. Y hace sólo unos días estaba corriendo sobre el lago a -23 en St. Moritz. Ay, qué desdicha. Y pensar que A. llamó ayer a media noche para intentar convencerme de que subiéramos a hacer snowboard hoy, ¡pero si es que en la Bola no se puede ni coger impulso,ah-pordioshombre!. Como en estos casos siempre llama J. para ejercer de jefe, comentar la jugada 1 (tick-tack-tick-tack) y la jugada 2 (tesis) y asegurarse de que el lunes estoy a las nueve como un clavo para ir a preparar la excursión del congreso, esperaré hasta las 14hs, ni un minuto más, luego me piro a ver si este finde abre y, crampones, piolet y el resuello que me queda mediante, hacemos la Cuerda Larga. Fingers crossed. El resto de planes, queridos habitantes de la ciudad, tendrán que esperar. Hughs&kisses to you all.


