Pues sí, no encontrarás rojo en el mapa, tampoco negro (las intermitencias de Madrid son otras... lo sabes). Sin esas sonrisas de complicidad estaríamos un poco más lejos de(l centro de) la vida, o sea, más cerca de la muerte, la anímica y las demás. Así que me alegro. Parece entonces que se abren claros en el cielo, y por aquí también. El otro día tuve que bajar hasta los Trossachs para encontrar algo de sol. Al final lo que encontré no lo encontré donde buscaba, sino de vuelta. El Rannoch Moor (véase del osezno Robert Macfarlane, Wild Places/Naturaleza virgen, el capítulo "Turberas"). Allí llovía otra vez, pero la extensión de los tremedales hacia el este me maravilló. Esta costumbre tonta mía de vivir embobada me lleva muy lejos, o muy alto, depende, hoy casi aciertas: no estaba cerca de las nubes, estaba entre ellas... Por fin abrió, lo suficiente para poder subir (por fin...) al Ben Nevis, las nubes pasaban muy rápido por los corredores, pero ya en los últimos kilómetros la niebla era intensa. Un paisaje pedregoso y lunar en el que he sido tremendamente feliz, con decir que no me quedan fuerzas ni para descargar las fotos... (Aportaré pruebas no obstante). Aunque en realidad es sólo una montaña de poco más de 1300 metros (1344, seamos exactos: qué le vamos hacer, la Pérfida Albión no es Nueva Zelanda precisamente... pero todo a su debido tiempo...), hay que decir en honor a la verdad que se empieza la ascensión a 10 metros sobre el nivel del mar... lo que hace la bonita suma de mucho metros de desnivel en relativamente pocos kilómetros. Un tronchapiernas. Doy fe. Por mucho que digan, aun con condiciones meteorológicas pésimas, no deja de ser un camino fácil (el Pony Track...una romería en verano, vamos), grandes zigzags y una inclinación constante que no da respiro, se pone uno malo sólo de mirar por dónde va el camino por arriba. Otro día hablamos de la cara Norte -donde los escaladores suben por las cataratas heladas-, de geología (de la Great Glen Fault, la Highland Boundary Fault y la Southern Upland Fault), y de las ruinas que hay en la cima del antiguo observatorio de finales del XIX...
Por si fuera poco, a las 4 cuando bajé del Ben Nevis me metí para el cuerpo unas cuantas millas hasta Ullapool... (otro día también hablamos de la carretera A835 y de lo cerca que a veces está lo remoto: en todo el trayecto estábamos básicamente la carretera, el coche, el tendido eléctrico y yo y las nubes, todo uno...) Plof. Me muero. Highlanders del mundo uníos.