"La imposibilidad de explicarse entre sí, la ausencia de un espacio lingüístico en el que puedan darse a conocer el uno al otro, porque ni siquiera ellos mismos saben lo que les está sucediendo o cómo compartirlo con el otro para que le excuse y acoja." Inquietante frase de Azúa sobre el no menos inquietante Ian McEwan, esta vez sobre su "On Chesil Beach". Y sigue con gran atino: "Cuando no se puede compartir un fiasco, suele convertirse en objeto arrojadizo". Peligramos, por un momento, al no compartir con buena fe nuestros fracasos. Lo que es cosa de dos, y concierne a "sendos", que diría Marías, no puede ser resuelto por uno. Peligramos y no siempre nos enmendamos. Queda el alivio de que, a veces, el peligro se resuelve con olvido.
La cosa, por supuesto, no termina aquí (pues, ¿sirve el olvido para sobreponerse a la decepción?), pero hoy no concluyo la exégesis cotidiana, y así me lo cuentas tú, que fuiste y serás siempre la que tira del hilo.... "flecos sueltos", Güen, Güen, Güen...