
El silencio suele parecerse a una encrucijada, y hace que no sepamos muy bien por dónde tirar. Lo más sensato suele ser mantenerse en la ruta que traíamos y, en ausencia de explicaciones por parte de los otros, optar por la más sencilla y prosaica, pues con ella se suele acertar. A veces ni siquiera el silencio es una espalda vuelta, es simple despreocupación,
intranscendencia,
atareamiento. O a veces es sólo la consecuencia de haber sobrepasado el punto del cruce: los demás necesariamente se nos aparecen de espaldas, nuestro movimiento multiplica el suyo y todo parece más lejano. El efecto óptico consiste en una súbita aceleración de los caminos, eso es todo.
Continuar por los propios derroteros suele requerir no dejar mucho tiempo en suspensión la decisión sobre el sentido de lo que nos va ocurriendo. Cerrar una historia no es clausurarla, sino optar por una interpretación y seguir tejiendo, en ese punto, con el hilo de los acontecimientos. En determinadas situaciones, eso implica forzar el juicio, y desgraciadamente solemos forzarlo a costa de deformar la imagen de los otros, de manera que el saldo sea positivo para nosotros, para
poder contarnos a los otros. En fin, encaje de bolillos con las cosas que pasan, a menudo por encima de lo justo o lo acertado. Lo sabemos, quizá nos estemos equivocando o seamos cicateros en nuestra manera de dar sentido al encuentro con los otros. Pero el silencio nos deja sin versión alternativa de los acontecimientos.
En fin, se diría que Madrid luce espléndido. Hace frío, es verdad, está gris, cierto, tarda mucho en amanecer y esta ausencia de sol nos colma de desconciertos. Pero sabe a té rojo, la humedad de las calles acoge nuestros pasos, nos mece y nos reconforta. Las nubes de la noche absorben el amarillo anaranjado de las farolas, mientras corremos y corremos y respiramos aceleradamnte, después de la lluvia, antes de los libros y las conversaciones. Las conversaciones, hasta que la noche nos vence, y la damos por buena... porque las noches no son nada sin las palabras de los otros.