lunes, 3 de diciembre de 2007

Los domingos por la noche hay que poner siempre dirección Norte, nos pille donde nos pille el domingo, siempre lanzarse al camino, a la carretera, a la calle, al pasillo, pero en dirección Norte. Poner Richard Hawley (entradas en The Troubadour para el 13 de diciembre, ¡bingo!) y dejar que nos acompañe su voz unos cuantos metros, hasta que el sueño nos venza en una esquina, acurrucados en los huecos de la noche, abrazados al cuerpo caliente de la madrugada, sin pena, sin culpa. El lunes amanece entonces libre de rutinas, despistado, en un hogar nuevo de luces blancas, con palabras desperezando las horas. Pavement e Ian McEwan. Un vistazo rápido al mapa, Tacoma, Seattle y Port Angeles. Suficiente para empezar a soñar. Después, tropezar con uno mismo el resto de la jornada, resucitarse a empujones.