lunes, 1 de septiembre de 2008

Ol' buddy...

Hay que ver, qué vida más azarosa la del candidato a PhD... El tren ha tenido que echar el freno de emergencia para no salirse de Durham. Vamos, que ni el apeadero de Tablada. Madrededios.... Con decir que en menos de quince minutos ya había levantado el acta de defunción de la ciudad: la única heladería medio decente que hay tiene unos helados demasiado empalagosos (oh, my chocolate midnight cookies...), y en el único cine en kilómetros a la redonda (que hace las veces de teatro, garito de información turística y sitio-de-cultura-en-general) no ponen más que Hellboy, o cómo se llame, hasta nuevo aviso. Digamos que esto no es Nueva York precisamente, ni falta que hace, por otra parte. Vale: tengo dos semanas para empezar a darle vida a la huerta que hay al lado de casa (también tengo un garaje lleno de alambre espinoso y oxidado: me gusta). Y también hay muy cerca un Tesco, donde, mientras me compraba una bici, una almohada, y el largo etcétera de cada septiembre (me deberían dar un bono por la de veces que he comprado este tipo de cosas en los últimos 6 años por ahí) me ha entrado un ataque de risa de los que suelen darme en situaciones de éstas: con tal de estar de acá para allá, acabo donde sea. Vamos que si me dicen esta tarde que aquí está el mejor departamento de geografía de todo UK (salvando Bristol, quizá) me echo a reír. Según pasaba por la universidad me he encontrado a un chino haciendo estiramientos en el césped, literal. Oye, me ha encantado. Luego había cuatro abuelas y un abuelo en la inmensidad de la catedral. Preveo que, entre la bici y los descampados del lugar, me lo voy a pasar en grande. Además, la "ciudad" tiene dos cosas estupendas, cortazarianas ambas: la continuidad de los parques y la velocidad de las nubes. Qué mareo toda la tarde: de momento, ya se ha puesto a llover. Es la danza natural de los vientos a lo largo del día. Te digo yo que cuando vuelva de Irlanda a finales de septiembre me mudo a Newcastle. P. y los demás geógrafos de Durham y Sunderland viven todos en el mismo barrio, donde hay también una abundante comunidad de judíos ultraortodoxos, por cierto. Lo mejor es que he arramblado con todos los mapas que indican caminos bike-friendly del norte del Yorkshire, Northumberland, el valle del Teesdale, y, claro, el Lake District... qué vicio.
Sí, ya, que no tengo ninguna gana de ponerme a la labor. En fin, 1 de septiembre...zzzzz....
To be continued.