viernes, 6 de junio de 2008

Luz de jueves, la carita morena que pide paso y guarda el cielo, sí, en su puño cerrado, en la noche ajena al mundo. El niño que cazaba ranas casi tiene cara de haber nacido él. Y aquí, entre imágenes, tan sólo perplejidad, y la sensación de haber sentido aquello antes, la emoción que se desborda, el cielo coloreándose en su mano, el empuje a más, lo pequeño que es todo de repente. Su viaje es mayor que el de todos nosotros.