miércoles, 18 de junio de 2008

Cuando uno piensa que el día ya es insalvable, y que peor no puede ir, llega el milagro... Ha aparecido una nube de dulzura mejicana desde Canadá. Las cartas nos hacen la vida más llevadera. Resetean el reloj del día, lo ponen a punto y dan lo malo por pasado. Quizá una solución privada no sea más que una derrota, en realidad. Puede, pero me da igual. "Porque se elige, cosa distinta es que nos equivoquemos, un punto de vista para el deseo", Gopegui dixit. "Quiero decir que por un lado está la vida, la lenta pero ilusoria construcción de algo no derribable, los afectos sucesivos y, por otro, algunas personas, algunas punzadas que atraviesan la vida, que no son sólo desviaciones, descansos, sino tal vez reminiscencias de un plan preconcebido, como si a esas personas les hubiera sido entregado el mapa de nuestra isla, como si su aprobación tuviera una importancia mayor que la admiración que nos merecen, mayor que el deseo físico, psíquico y provisional que nos despiertan. Ese fue mi punto de vista, una distancia prudente, el rellano de una escalera, y las cosas pasan abajo, o arriba." (Tocarnos la cara)